martes, 13 de octubre de 2015

La Alacena de la Chancha

A veces las preguntas son motores y siempre está bueno hacerse consciente del momento donde todo se mueve porque preguntamos.

Básicos para no morir de hambre, alimentarse conscientemente y hasta bancarnos en los momentos donde cocinar rico es mucho más importante que cocinar elaborado.

"El Universo me dio el don del condimento" dirían algunos, la verdad que a mí me parece que sólo tuve un paladar un poco más osado y me animé a mezclar sabores que no conocía y fui viendo qué onda. Sin basarme en ninguna receta casi nunca y cuando lo hacía terminaba haciendo cualquier otra cosa... 

La cuestión es que se me preguntó "qué no me tiene que faltar?" hablando de cambios en la alimentación para ser cada vez más consciente. A mí las preguntas me llevan a mover mundos internos, por eso se hacen tan complicadas las preguntas directas como "querés bañarte?" o "querés una banana?".

Cuando me nombré como "La Chancha" fue porque mis comidas nunca dejaron de ser chanchamente abundantes y chanchamente ricas. Mi versión del nutella (nac&pop, sin avellanas porque están carísimas) fue la idea más chancha de la alquimia de mi cocina.

Encuentro un goce en la alimentación, pero no dejo de sentir que es un sendero de consciencia. Infaltables de una alacena consciente y gozosamente chancha:

- Arroz yamaní (sirve para todo, panqueques dulces o salados, se lo podés agregar a una ensalada, mezclarlo con legumbres y hacer hamburguesas, platos calientes, salados, dulces, etc, etc, etc)
- Harina de maíz extrafina (un día te pintó hacer algo rico para el mate y con unas semillas, un poco de aceite y la magia del cacao amargo y la algarroba se puede explotar de felicidad)
- Harina de garbanzo, arvejas, arroz , algarroba
- Semillas: Lino, sésamo, girasol, chia (son las habituales)
- Legumbres: lentejas, garbanzos, porotos aduki (dulces o salados son lo más), maní (sí, el maní es una legumbre)
- Cúrcuma
- Comino
- Clavo de olor
- Jengibre
- Cacao y chocolate amargo
- Spirulina (un día te dio paja todo y te tomaste un jugo de naranja exprimido con una cda de spirulina y no tomaste más las mierdas de los batidos químicos esos)
- Azucar de mascabo (o panela, o miel)
- Sal marina o rosa
- frutas disecadas (pasas de uva, de pera, ciruelas, chips de banana). Sigo confiando en que el Universo me propiciará un deshidratador).
- Hierbas varias: Romero, orégano, tomillo, manzanilla, paico, cola de caballo, diente de león, pasionaria, tilo, artemisa, cedrón, poleo, valeriana (calmando a la loquita)

Cosas que mejor no: harinas de trigo (ni integral ni mucho menos blanca), azúcar y sal refinada, lácteos y productos con grasa animal o envasados.

lunes, 25 de agosto de 2014

Depuración 2

Otra de las ideas que me dejó el curso de meditación Vipassana (de enero 2014) fue la de retomar con la depuración de una manera regular, "hasta que no salgan piedras".

Febrero trajo su limpieza hepática. La descripción corta sería: Intensa. Desde el día 1 con el sobrecito de ácido málico y unas 5 manzanas por día. Los días previos fueron más fáciles, toda la previa que tanto me había costado antes, salió sin mayores esfuerzos. Entendí que era una adicta a las harinas rehabilitada.

Ahora cada tanto tengo ganas de comer algo con harina y uso las alternativas sin gluten. Aunque de vez en cuando Clau hace chapatis... y a esta Chancha le cuesta un montón decirle que no a los Chapatis de Clau (así, con mayúsculas). Lo bueno es que no los hace seguido.

El día de la limpieza no me costó nada irme a dormir temprano después de tomar la emulsión pomelo-oliva. Estaba mareada, con dolor de cabeza, fatigada. Me recosté del lado derecho y podía sentir cómo los cálculos se movían. No llegué a terminar de acomodarme en la cama que tuve que levantarme al baño. Eran muchas piedras, muchísimas. De todos los tamaños, chiquitas como granos de arroz, medianas como una almendra (pelada) o grandes como una ciruela pequeña. Iba a tener una noche complicada...
No recuerdo por qué, caía feriado el lunes siguiente (normalmente se hace coincidir la limpieza con un sábado o un domingo para poder hacerlo con calma y sin otro compromiso). Pero había arreglado con mi mamá ir a su casa y no quería que se preocupe porque me sentía mal. Porque a su preocupación se le suma su confianza ciega en la industria farmacéutica y me iba a querer dar algo y yo no lo iba a querer tomar... conflictos. Estupideces en realidad, pero que entre dos personas con caracter fuerte y una siendo la madre de la otra era complicadísimo.

El lunes estábamos en la casa de mi mamá, mi estado hepático no daba para mucha más interacción social que una siesta colectiva al sol. Fue un hermoso momento, sólo interrumpido por las 74 veces que me levanté al baño.

Tenía turno para la hidroterapia colónica el martes. Seguía sintiéndome como el culo y no paraban de salir las bolitas de grasa verdes. Sabía que sacando hasta la última piedra del intestino iba a volver a sentirme bien. 
Esas bolitas de grasa que despedimos durante una limpieza hepática son altamente tóxicas. El hígado es el gran filtro del cuerpo y cuando el sistema completo no puede procesar lo que ingerimos el hígado recubre las sustancias tóxicas con grasa y se las queda para sí. Cuando las libera, durante la limpieza hepática, todas esas bolitas tóxicas van a parar al órgano de mayor capacidad de absorción: el intestino. 
Por eso es tan importante la purga y la limpieza colónica posterior. Es necesario eliminar todas las piedras que hayan sido liberadas por el hígado.

Pasada la limpieza, salí del Espacio Homeopático Naturista sintiéndome mucho más liviana, feliz, tranquila, con la mente en calma.  

sábado, 23 de agosto de 2014

Decisiones

A principios de enero de este año hice el segundo curso de meditación Vipassana. Altamente recomendable para los que gustan de estar solos y para los que tienen miedo de estarlo.

Llevaba los últimos 3 años habiendo limitado el consumo de productos de derivados animales (lácteos y huevos). Sólo usaba manteca para hacer ghee (que ni siquiera usaba para comer, sino que la usaba para hacer velas o prender fuego).
En el Vipassana me tocó escuchar el momento en el que se producía un destete. El ternero lloró con los gritos del terror. Y es increíble, pero el miedo trasciende especies. Su mamá mostraba los gritos de un alma desgarrada. Tenía las ubres llenas de leche para su hijo, pero su hijo no estaba más, lo llamó.

Y lo volvió a llamar, de manera incansable durante los 10 días que duró el curso. Probablemente siguió llamándolo, yo agradecí no escucharlo más.
Con el curso terminado y muchas fichas sobre mí misma en su lugar  decidí: No puedo volver a ser parte de esta cadena de sufrimiento, por lo menos no conscientemente.

Como vegetariana miraba al vegano como un extremista. No me gusta la etiqueta "vegana", hay veganos fundamentalistas que me cagaron el término. No era una asesina siendo vegetariana, era una inconsciente. No es una buena idea andar por la vida castigando la ignorancia, por la sencilla razón de que todos somos ignorantes de diferentes cosas. Todavía me cuesta usar el término.

Al volver y resolver quitar los derivados animales de mis hábitos de consumo opté por sacar también el gluten. Con la idea de que es lo que va a hacer que la tiroiditis de Hashimoto ya no esté. 


viernes, 22 de agosto de 2014

Depuración 1

Mi primer limpieza hepática fue el año pasado, en agosto del 2013. Una locura hacer la primera en invierno. 

Nunca había hecho dietas depurativas, salvo algún que otro ayuno así que sabía que tenía que darle tiempos más largos a mi cuerpo.
Para dar lugar a una desintoxicación opté por hacer una dieta de 10 días crudos (sólo frutas, verduras, germinados y semillas crudas). 

Hubiera matado por una galletita granix de sésamo.

Finalmente llegó el momento de dar inicio a la dieta de la limpieza hepática y ese dichoso kilo y medio de manzanas por día. No se come otra cosa. Odiás las manzanas, soñás con manzanas alienígenas que van a tomar posesión del planeta esclavizándonos, sodomizándonos. 

Odiás las manzanas pero seguís, conseguís el suplemento de ácido málico, aflojás con las manzanas. Está bien, necesitás el ácido málico, no es necesario sufrir por ello.

La limpieza pasa y seguís a crudos unos días más. Viste una puta piedra verde y pensás "en serio? para esta mierda?". Pero entrás por ahí, porque debe tener algún sentido eso de alimentarse bien. Hay una diferencia entre comer y alimentarse, y estás decidida a encontrarla.

El Proceso

Los primeros 10 días de crudos terminaron con una limpieza intestinal con agua salada.
Fácil, movimientos, agua entra... agua sale, bastante simple la cosa.

Los seis días de manzana hacen que brote lo peor de uno, todo te molesta el doble, a la gata la querés matar más de la cuenta y no te mirás mucho al espejo porque te cagarías a trompadas. 
Estás limpiando el hígado, es el órgano donde reside la ira, esa emoción se aloja ahí.

La limpieza propiamente dicha es tan fácil que no entendés nada. Las sales para hacer la purga y la emulsión de pomelo y aceite de oliva. Listo. Sí, hay que estar en casa porque vas a estar una buena parte del día sentada en el inodoro.

Queda la hidroterapia colónica. Ya pediste turno y sólo resta ir y dejar de pensar en mangueras en el culo. Nunca dejás de pensar en mangueras en el culo. Lo curioso, es que conforme van pasando ya te deja de resultar extraña la relación entre los culos y las mangueras.

Estos textos fueron mis guías

Paquete Depurativo

Y si tienen dudas pueden entrar al sitio de Nestor Palmetti 

www.espaciodepurativo.com.ar


jueves, 21 de agosto de 2014

El Origen de una Idea

Venía Nadi* a comer, ella hasta tiene las llaves de casa. Pero cuando viene me gusta preparar algo comestible. Y hace un tiempo que ella deja que yo decida qué comemos.

No recuerdo qué preparé para que cenemos, pero el postre fue la versión "nac&pop" del nutella. Como buenas bajoneras necesitábamos algo pastoso, chocolatoso, el néctar que alimenta a la Chancha que habita en cada uno de nosotros.

Consistía en maní tostado, chocolate amargo, miel, azúcar de mascabo, harina de algarroba y agua. Las proporciones ni idea, fue todo a ojo, pasó por la minipimer, quedó una pasta. 
Puse la pasta en un frasco y le entramos con cucharita.

"Salió muy chancho" le dije. Me respondió una sonrisa y unos ojos achinados que asentían. 

"Esto está buenísimo" dijo al rato.

"La Chancha Saludable" le dije entre risas. Y una semilla con forma de idea caía en tierra.


A Nadi la conocés acá

Quien es La Chancha Saludable

La idea de la Chancha Saludable nació en una noche bajonera, para qué negarlo?

Pocos meses me separan de cumplir mis 30 años, llevo casi 15 sin comer carnes. Creo que originalmente fue un capricho, no conocía a ningún vegetariano más que Lisa Simpson (lejos mi personaje favorito de la familia amarilla).

Mi mamá no entendía nada, medio a la fuerza me llevó a una nutricionista que al ver los análisis del antes y el después hasta me felicitó. Propensa a enfermedades cardiovasculares, con una presión de 14.8 un sobrepeso considerable y el colesterol disparado por los aires... a los 13 años. Dos años más tarde aparecía otra vez por su consultorio, sin colesterol elevado, con presión 11.7 y bueh, un sobrepeso considerable, pero estaba mejor de todo lo otro: ja!.

Dejar el consumo de carne en ese momento hizo que entre dentro de los valores normales. El sobrepeso lo mantuve, creo, incluso, que es la primera vez que me siento a gusto con mi cuerpo, no pesa, no siento calor sofocante ni el frío se me mete dentro del cuerpo. No salgo con musculosa en agosto salvo un día como hoy que parece primavera. 

Adolescente, sin saber cocinar, pero caprichosamente vegetariana. Era una combinación interesante. Lejos quedaron los sandwiches de milanesa de soja cada vez que volvía del colegio. He comido como el mismísimo orto, completamente inconsciente de por qué comía (más allá de la pulsión misma).

Los inicios han sido duros, pero el camino fue de descubrimiento, de aprendizaje constante. Desde los sandwiches de milanesa de soja hasta los quesos vegetales untables. De juntarme con amigos a tomar fernet hasta los jugos de naranja con spirulina. Desde el helado con licor de chocolate hasta los helados naturales de frutas, granizados de banana o dulce de leche de dátiles. Los hábitos pueden cambiarse, con constancia, con decisión, pero fundamentalmente, con consciencia.

Así que, quien es La Chancha Saludable? La Chancha soy yo, es mi búsqueda en lo que me alimenta.